Friday, July 23, 2004
Vivir
De qué se trata al final?
Cuando el juego terminó sin comenzar.
Cuando la vida es cualquier cosa menos eso...Vida.
Cuando las lágrimas inundan hasta los lugares más altos
La esperanza, la fe y el deseo.
Quizás sea la historia como una piedra de cantera...
o quizás nuestros hombros demasiado frágiles.
Un arpón me atraviesa y zurca en mi corazón una sutil línea
tan roja como irreversible.
Miro a mis afueras esperando encontrar que en esta guerra
fui yo la única en perder...
Comprobar hay otros que sí caminan y
en sus pasos hay nada más que goce.
Así llorar por mi desgracia...y no por impotencia.
Todos perdimos...todos perdemos...
Cuando no nos miramos a los ojos...
y no levantamos a los que caen...
Cuando no sanamos a los heridos...
Y no besamos a los que llegan
en compromiso incondicional de amor...
Cuando seguimos transitando en la indiferencia y la ceguera,
trascendiendo inmóviles mientras vamos muriendo de a poco.
Como si vivir fuera simplemente lo que nos acerca día a día a la muerte.
Me resisto.
Es cierto que hay dicha en el camino.
Manos dispuestas a curar con caricias de seda.
Miradas que son un bálsamo a las almas.
Abrazos que pintan sonrisas en los rotros.
Quienes le cantan a lo más hermoso de este mundo,
a sus mares, a sus valles, sus llanos, sus montañas y aún a sus hielos...
y nos señalan así hacia dónde dirigirnos.
Encontrarlos no es una ida,
Es un retorno.
Cuando el juego terminó sin comenzar.
Cuando la vida es cualquier cosa menos eso...Vida.
Cuando las lágrimas inundan hasta los lugares más altos
La esperanza, la fe y el deseo.
Quizás sea la historia como una piedra de cantera...
o quizás nuestros hombros demasiado frágiles.
Un arpón me atraviesa y zurca en mi corazón una sutil línea
tan roja como irreversible.
Miro a mis afueras esperando encontrar que en esta guerra
fui yo la única en perder...
Comprobar hay otros que sí caminan y
en sus pasos hay nada más que goce.
Así llorar por mi desgracia...y no por impotencia.
Todos perdimos...todos perdemos...
Cuando no nos miramos a los ojos...
y no levantamos a los que caen...
Cuando no sanamos a los heridos...
Y no besamos a los que llegan
en compromiso incondicional de amor...
Cuando seguimos transitando en la indiferencia y la ceguera,
trascendiendo inmóviles mientras vamos muriendo de a poco.
Como si vivir fuera simplemente lo que nos acerca día a día a la muerte.
Me resisto.
Es cierto que hay dicha en el camino.
Manos dispuestas a curar con caricias de seda.
Miradas que son un bálsamo a las almas.
Abrazos que pintan sonrisas en los rotros.
Quienes le cantan a lo más hermoso de este mundo,
a sus mares, a sus valles, sus llanos, sus montañas y aún a sus hielos...
y nos señalan así hacia dónde dirigirnos.
Encontrarlos no es una ida,
Es un retorno.
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