Tuesday, March 30, 2004
la poeta no murió - cap.II
"Como si no le hubieran dado el manual de ingreso a la vida, desde su nacimiento la poeta no entendio nada.
Desconcertada, trascendia a traves de su cuerpo por sus experiencias, con sus personajes, sus repeticiones, sus espejos, y nunca se pudo relajar. Hablamos del relajarse de quien se deja llevar por las circunstancias, quien las acepta recordando -quiza inconscientemente- fragmentos de aquel manual de preparatoria en el que claramente deberia explicarse que: “La vida es, ante todo, un devenir de procesos vitales interminables y un flujo de circunstancias que le dan un marco”. Y, basicamente, que: “El azar es el amo de todas las cosas que suceden.”. El destino, las coincidencias, o lo que pues parece ya escrito no es mas que una barata especulacion de un cerebro desesperado intentando contentarse con una respuesta hibrida e inconsistente como, “por algo sera”. Ese algo es la casualidad, la suerte, ni mala ni buena, y el azar. Sin embargo, el humano medio no se acostumbra a esta idea y cuello para arriba aboga interminables razones para explicar lo que sucede en su vida.
Pero esto no habla del olvido de las lecciones prenatales, muestra la acuciante necesidad del hombre de quitarse de sí, de borrarse, la más esencial de sus miserias: su propia insignificancia."
Desconcertada, trascendia a traves de su cuerpo por sus experiencias, con sus personajes, sus repeticiones, sus espejos, y nunca se pudo relajar. Hablamos del relajarse de quien se deja llevar por las circunstancias, quien las acepta recordando -quiza inconscientemente- fragmentos de aquel manual de preparatoria en el que claramente deberia explicarse que: “La vida es, ante todo, un devenir de procesos vitales interminables y un flujo de circunstancias que le dan un marco”. Y, basicamente, que: “El azar es el amo de todas las cosas que suceden.”. El destino, las coincidencias, o lo que pues parece ya escrito no es mas que una barata especulacion de un cerebro desesperado intentando contentarse con una respuesta hibrida e inconsistente como, “por algo sera”. Ese algo es la casualidad, la suerte, ni mala ni buena, y el azar. Sin embargo, el humano medio no se acostumbra a esta idea y cuello para arriba aboga interminables razones para explicar lo que sucede en su vida.
Pero esto no habla del olvido de las lecciones prenatales, muestra la acuciante necesidad del hombre de quitarse de sí, de borrarse, la más esencial de sus miserias: su propia insignificancia."
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