Wednesday, March 31, 2004
La niña y la brisa
Hoy escribí tu nombre con pétalos de rosas blancas...y la brisa juguetona me susurró al oído "desarmaré tu hermosa obra... pero no te pongas triste"
Yo, con lágrimas en los ojos, lágrimas de amor, le contesté:
"brisa tibia de nostalgia, deshace mis escritos. Borra ahora su efímero presente." La brisa sorprendida, se detuvo un instante... ¿qué gracia tendría ahora jugar con las letras de aquel nombre si a la niña no le afecta?
"Por favor, pasa por entre cada uno de estos pétalos y respira todo su perfume... llévate su esencia, su alma, aunque el precio sea que se desvanezca ante mis ojos... Amo tanto este hombre que le deseo todos los caminos, todos los valles de deshielo, todos los bosques, los cerros y los rios... lleva su alma a cada rincón de este hermoso mundo y enséñale la libertad en cada instante... la dulzura de la noche, y la nostalgia embriagadora de lo que ya no será... muéstrale, brisa, que la libertad es el amante más puro del hombre, es su amanecer de cada día, es la miel que lo alimenta..."
La brisa escuchaba muy atenta.
"Y cuando haya visto todo, haya olido todos los aromas, haya pisado todos los suelos y navegado todos los mares... sólo en ese momento cuéntale de mí, de mis lágrimas, de mi amor... háblale de que lo dejé ir contigo y de que sólo quise saberlo feliz. Míralo a los ojos y no te los confundas con el ocaso. Míralo una sola vez y vuelve a mí, brisa...siéntate a mi lado y susúrrame qué te han contado en ese instante...sólo así sabré si me ama, si debo esperarlo."
Yo, con lágrimas en los ojos, lágrimas de amor, le contesté:
"brisa tibia de nostalgia, deshace mis escritos. Borra ahora su efímero presente." La brisa sorprendida, se detuvo un instante... ¿qué gracia tendría ahora jugar con las letras de aquel nombre si a la niña no le afecta?
"Por favor, pasa por entre cada uno de estos pétalos y respira todo su perfume... llévate su esencia, su alma, aunque el precio sea que se desvanezca ante mis ojos... Amo tanto este hombre que le deseo todos los caminos, todos los valles de deshielo, todos los bosques, los cerros y los rios... lleva su alma a cada rincón de este hermoso mundo y enséñale la libertad en cada instante... la dulzura de la noche, y la nostalgia embriagadora de lo que ya no será... muéstrale, brisa, que la libertad es el amante más puro del hombre, es su amanecer de cada día, es la miel que lo alimenta..."
La brisa escuchaba muy atenta.
"Y cuando haya visto todo, haya olido todos los aromas, haya pisado todos los suelos y navegado todos los mares... sólo en ese momento cuéntale de mí, de mis lágrimas, de mi amor... háblale de que lo dejé ir contigo y de que sólo quise saberlo feliz. Míralo a los ojos y no te los confundas con el ocaso. Míralo una sola vez y vuelve a mí, brisa...siéntate a mi lado y susúrrame qué te han contado en ese instante...sólo así sabré si me ama, si debo esperarlo."
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